martes, 23 de septiembre de 2008

Iguanas

Yo también nací en este lugar mágico en el que los reptiles saltan de árbol en árbol y la gente desaparece sin rastro. Cuando era pequeña intentaba imaginar el lugar donde iban a dar todas esas personas que dejaban de estar, los de los pupitres vacíos y las casas selladas.

Casi los podía ver, juntos, limpiando las ventanas de sus castillos y podando el césped. Se habían adoptado unos a otros, los niños sin padres vivían con los padres sin hijos. Había una iglesia donde estaban todos los sacerdotes que habían dejado de estar, y se turnaban para dar misa, una línea para cada uno. Sabía que eran felices.

Ayer el mundo se abrió y encontraron otra fosa común.

Pero todavía hay iguanas en los árboles de mi patio.

1 comentario:

Antonieta dijo...

Todo sigue a pesar de nuestro imaginario, todo sigue y sigue siendo maravilloso hacer teorías de lo que observamos, cuando la teoría es consistente también es otra forma de irnos haciendo adultos.
lindo texto!