hay fósforos y velas y la misma escena de naturaleza muerta que nos asustó tanto aquella vez: miras al espejo y ves a los ojos al ladrón del que huyes.
robamos esa vez: pancreas, apéndices, uno que otro hígado. ahora zapatos. el pasado no da para salir corriendo. nos escapamos, lento, lento.
querías silencio. pasos sobre almohadas. respiran los que sueñan.
hay sonrisas que recordarás, y borregos que brincan sobre cercas. una cosa igual de cierta que la siguiente. los fósforos queman los dedos y se llevan todas las huellas.
tomaste tijeras, hilo, aguja. cuerpo contra cuerpo y puntadas: oficio, nunca magia. perforando carne llegaremos más lejos.
el patrón arrancado de una revista, un vestido de piel y mugre, nunca has visto tanta elegancia.
y los ojos, abiertos, dos botones.
Papaya de Celaya (en 8 bocados)
Hace 2 años
1 comentario:
es lindo cuando nos miramos al espejo sintiendo la belleza de las costuras hechas a mano, unas duelen más que otras pero ahí están como haciéndonos entre risas y deshaciéndonos entre llantos.
me encantó!
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