martes, 5 de agosto de 2008

waving goodbye

lo que tenía lo puse sobre la mesa.

era poco: un llavero, polvo, unas monedas, un caracol. una ofrenda floral, los restos de un papel tisú, vestigios de chocolate en aluminio. una pelusa muy pequeña, muy blanca.

con los bolsillos vacíos me acerqué a él.

él retrocedió.

deje salir entonces todas las palabras que tenía. una por una, lentamente. luego todas a la vez, sonidos guturales que me acercaban a mis ancestros.

con la boca vacía me acerqué a él.

se dio media vuelta y se alejó.

con las manos atadas corro tras él, pero él siempre fue más rápido.

así que le ruego a su sombra que lo detenga.

solo necesito un minuto.

solo quiero despedirme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si se alejó sin decir nada después de todas las palabras que le dijiste ¿para qué querés que se detenga?, dejalo, que siga corriendo infinitamente...

Saludos desde Córdoba, Argentina